miércoles, 10 de diciembre de 2014

IMPORTANCIA

IMPORTANCIA DE LA CIENCIA EN LA SOCIEDAD






Nuestra época es la época de la ciencia. Al hablar de la importancia de la ciencia intento referirme al modo como la ciencia logra ser el factor dominante de nuestra época. No pretendo hacerlo mediante un análisis sociológico, económico o político. Dada mi propia formación de científico, participo del preconcepto general entre los científicos de que la importancia de la ciencia se funda en la verdad de la ciencia. Por lo tanto, estas lecciones estarán consagradas a la verdad de la ciencia: al significado de ésta, a sus limitaciones y a sus posibles ambiguedades.
La primera serie de diez lecciones constituye un primer examen del problema desde el punto de vista histórico, y me propongo tratar uno o dos problemas particulares como muestras de un campo de cuestiones mucho más vasto; un campo que, en su generalidad, no podría recibir un tratamiento adecuado. Esta primera lección es más que nada una introducción a la serie completa.
Science and the Modern World es el título que dio a su libro más famoso uno de los pocos grandes filósofos de nuestro tiempo, Alfred N. Whitehead. ¿En qué sentido la ciencia caracteriza al mundo moderno?
Nuestro mundo es un mundo técnico. Semejante afirmación no necesita ser explicada en la era de la radio y la lavadora, en un periodo en el que la historia política es construida por la amenaza del arma atómica y por el nimbo del sputnik. Pero la tecnología moderna sería imposible sin la ciencia moderna. Ciencia y tecnología pueden compararse a dos árboles gemelos que han brotado de distintas simientes y tienen aún algunas raíces separadas y algunas ramificaciones independientes, pero cuyos troncos se han juntado y cuyas hojas forman una única inmensa copa. La máquina de vapor del siglo XVIII era todavía, en buena parte, el resultado de las tradiciones de la minería y de las artes mecánicas; el motor eléctrico del siglo XIX habría sido imposible sin los anteriores descubrimientos científicos de Ampere y Faraday; el reactor nuclear de nuestro siglo ha sido ya proyectado y construido inicialmente por los propios fisícos atómicos. Si miramos ahora la otra cara de la medalla encontraremos una imagen equivalente. No necesito extenderme en la demostración de cómo y en que medida la ciencia de la naturaleza, en sus comienzos, fue deudora de las cuestiones, aparentemente inútiles, planteadas por los filósofos, así como de los métodos intelectuales inventados por los matemáticos puros; y, por otra parte, cuán poco puede lograr en la ciencia moderna, incluso la mente mas poderosa, cuando es insuficiente el equipo experimental que la tecnología moderna ha hecho posible. Para expresarme sin complicaciones, utilizaré casi siempre el término"ciencia" para referirme a esa estructura combinada, a esos árboles gemelos de la ciencia y la tecnología.







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